La retina es la capa de fibras nerviosas del ojo encargada de enviar las imágenes procedentes del infinito al cerebro. Existen numerosas enfermedades que afectan a la retina, entre ellas la hipertensión arterial, la diabetes mellitus o la arteriosclerosis. Una alteración en esta capa produce una disminución de la agudeza visual.

¿QUÉ ES LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL?

La hipertensión arterial es una patología crónica de etiología multifactorial que se estima afecta al 25% de la población adulta .Se caracteriza por un aumento sostenido de la presión arterial ya sea sistólica, diastólica o de ambas.

Se ha demostrado que las cifras de presión arterial que representan riesgo de daño orgánico son aquellas superiores a 140 mmHg para la presión sistólica y de 90 mmHg para la presión diastólica, cuando éstas se mantienen de manera continuada.

La hipertensión arterial ocasiona daños en el ojo y el grado de éstos y el tiempo requerido para que aparezcan se relaciona directamente con el grado de hipertensión arterial.

¿QUÉ ES LA RETINOPATÍA HIPERTENSIVA?

La retina es el único lugar del organismo donde se pueden visualizar directamente los vasos sanguíneos a través de una inofensiva técnica denominada oftalmoscopia.

En la hipertensión arterial se afecta precozmente la retina y aparecen alteraciones en el fondo de ojo que se engloban bajo el nombre de retinopatía hipertensiva. De hecho, la prevalencia de retinopatía en sujetos hipertensos oscila entre un 7.8 % y un 11%.

Varios son los aspectos que condicionan la retinopatía hipertensiva:

•  La gravedad de la hipertensión arterial, que se refleja en el grado de retinopatía y en los cambios vasculares

•  La duración, que se refleja en el grado de retinopatía y en los cambios vasculares escleróticos.

Aunque al conjunto de cambios en el fondo de ojo se le ha denominado retinopatía hipertensiva, se ha comprobado que estos cambios se deben a tres tipos de manifestaciones independientes:

•  Retinopatía hipertensiva

La afectación de la retina se produce sobretodo en la hipertensión crónica.

•  Coroidopatía hipertensiva

La coroides es la capa vascular que rodea y nutre a la retina. La afectación coroidea predomina en la hipertensión aguda

•  Neuropatía óptica hipertensiva

El mecanismo no está claro. Parece que es una edematización del nervio óptico secundario a una isquemia. La isquemia puede deberse a la afectación de los vasos coroideos o a la difusión de sustancias vasoconstrictoras a la cabeza del nervio óptico a partir de la coroides.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE LA RETINOPATÍA HIPERTENSIVA?

La retinopatía hipertensiva puede dividirse en aguda y crónica.

•  Retinopatía hipertensiva aguda

También llamada retinopatía maligna o acelerada. Se observa principalmente en pacientes con hipertensión asociada a otras enfermedades como preeclampsia, eclampsia, feocromocitoma. Suele presentarse como una disminución de la agudeza visual que puede ir desde visión borrosa (lo más frecuente) hasta la ceguera. Esta disminución de la agudeza visual es transitoria y se recupera al restablecerse los valores normales de presión arterial. Su aparición es premonitoria de ceguera definitiva por hemorragia retiniana o trombosis de la arteria central de la retina. Además el glaucoma es más frecuente en el hipertenso grave.

•  Retinopatía hipertensiva crónica

Se observa en pacientes con hipertensión de larga data. En estos sujetos está aumentado el riesgo de padecer oclusión de rama de vena retiniana, oclusión de vena central de la retina y oclusión de rama de arteria de la retina. La oclusión de rama de vena retiniana puede producir disminución de la agudeza visual debido al compromiso macular (punto central de la retina responsable de la visión central) a isquemia, edema, membrana epirretiniana o hemorragia, desprendimiento de retina traccional o regmatógeno, hemorragia vítrea secundaria a neovascularización. Tanto la oclusión de la vena central de la retina como la oclusión de rama de arteria de retina pueden comprometer también la agudeza visual. De todos modos, lo más habitual es encontrarnos con signos leves de retinopatía hipertensiva y no presentar ninguna sintomatología asociada.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA RETINOPATÍA HIPERTENSIVA?

El principal método para diagnosticar la retinopatía hipertensiva es el estudio de fondo de ojo con un oftalmoscopio. Con este aparato es posible visualizar la retina y sus vasos de una manera rápida, sencilla e incruenta.

El grado de la lesión de la retina se clasifica en una escala de I a IV. En el grado I la lesión puede ser asintomática; en el grado IV se presenta una inflamación del nervio óptico y de la mácula que puede disminuir la visión.

Por otra parte, se disponen de equipos que pueden fotografiar el fondo de ojo; así es posible conservar imágenes para compararlas con otras futuras y poder seguir su evolución.

Otra técnica existente es la angiografía con fluoresceína; con ella es posible registrar la imagen del fondo de ojo tras la inyección de un contraste. Resulta útil para valorar la gravedad de la enfermedad especialmente en aquellos casos en los que se asocia a otras patologías como la retinopatía diabética.

La importancia del estudio del fondo de ojo reside en la asociación que existe entre la intensidad de los cambios en la retina y la evolución de la hipertensión.

La visualización de signos propios de la retinopatía hipertensiva apoya el diagnóstico de hipertensión arterial y permite estimar el estado de la circulación sistémica. Sin embargo, la ausencia de signos no descarta la existencia de hipertensión arterial ni de alteraciones en la circulación en otras partes del organismo.

¿SE PUEDE PREVENIR LA RETINOPATÍA HIPERTENSIVA?

Aunque la hipertensión arterial no puede ser curada definitivamente, existen una serie de hábitos de vida que, unida a la acción de medicamentos, pueden llegar a controlarla y evitar así sus consecuencias sobre la retina. Algunos consejos son:

•  Evite la obesidad

•  Ejercicio físico regular adecuado a sus posibilidades

•  Disminuya la ingesta de sal y grasas de origen animal

•  No fume y evite los ambientes contaminados por humo de tabaco

•  Modere el consumo de bebidas alcohólicas y bebidas excitantes como café, té…

•  Aumente la ingesta de verduras, fruta, fibra, y legumbres

•  A partir de los 40 años, vigile periódicamente su tensión

•  Además de la tensión controle otros factores de riesgo como el colesterol, la diabetes…

•  Cumpla fielmente el tratamiento prescrito por su médico

¿EXISTE TRATAMIENTO PARA LA RETINOPATÍA HIPERTENSIVA?

No existe un tratamiento oftalmológico específico si bien se está ensayando la posible eficacia de factores de crecimiento nervioso.

El tratamiento es un adecuado control de la tensión arterial. Con él, es posible la reversibilidad de las lesiones si bien algunos pacientes con retinopatía hipertensiva grado IV presentarán daños permanentes en el nervio óptico o en la mácula.

Dra. Isabel Mayo